GALAXY S9 Y S9 PLUS

Es cierto, el Samsung Galaxy S9 no tiene doble cámara o 6GB de RAM como el Galaxy S9 Plus o como el Galaxy Note 8, ni tampoco cambios revolucionarios en comparación con su predecesor. Pero su tamaño compacto y un grupo de especificaciones y funciones lo hacen ser un celular muy atractivo.

Lo primero, y probablemente lo más importante para muchos, es que Samsung corrigió el posicionamiento del lector de huellas para que ahora esté más hacia el centro de la parte trasera, en vez de estar justo al lado de la cámara.

El Galaxy S9 se quedó con una sola cámara trasera, a diferencia del S9 Plus que tiene dos.

Segundo, el Galaxy S9 comparte el mismo procesador Snapdragon 845 (o Exynos 9810, según el mercado) del S9 Plus, los cuales son superiores al Snapdragon 835 (o Exynos 8895) del Note 8. Además, tiene la misma versión de Android Oreo (con interfaz personalizada), diseño y funciones principales del Galaxy S9 Plus por un precio inferior (hasta US$150 menos). Inclusive, el Galaxy S9 tiene la misma cámara que la cámara principal con apertura variable del Galaxy S9 Plus.

Esto significa que tiene la nueva grabación de video en supercámara lenta que le permite a Samsung colocarse en el terreno de Sony y Apple (con grabación en cámara lenta de 960fps en HD y a 240fps en Full HD), mientras que también trae doble bocina con tecnología de Dolby Atmos, los emojis animados AR Emojis y Bixby con más funciones de realidad aumentada. También, el celular sirve como la base para lanzar el nuevo app de la plataforma de SmartThings de Samsung.

Con las mejoras y los pequeños cambios, es claro que Samsung se la jugó a la segura aquí, corrigiendo la mayor crítica de su teléfono insignia y añadiendo algunas novedades que no necesariamente son para todos.